El 28 de enero de 1986 el transbordador espacial Challenger, con 7 personas abordo, saltaba por los aires 74 segundos después del despegue.
Para colmo, los familiares de las víctimas se encontraban en la pista viendo el acontecimiento en directo y medio país -escolares incluidos- siguiéndolo por TV.
Fue un accidente que algunos ingenieros ya veían venir, y de ahí la polémica posterior y la sensación de incredulidad que dejó en la sociedad norteamericana aquella pérdida.
Una tragedia nacional que costó mucho superar y que hoy en día aún se recuerda.
Esto que te cuento lo he visto en la serie de Netflix: "Challenger: el último vuelo", donde cuentan todo el proceso: desde los entrenamientos, pasando por el accidental despegue y finalizando con la posterior investigación de lo ocurrido.
En las horas posteriores al accidente, el caos era absoluto, nadie se explicaba lo ocurrido. El Gobierno trató de no hablar hasta que tuvieran una idea clara de qué decir.
Un testigo de los acontecimientos aseguró: "Aquello era un caos absoluto y nadie sabía qué decir ni hacer. Y los de relaciones públicas estaban... nunca se habían hecho predicciones para algo así".
¿Qué quería decir este buen señor?
Pues que los responsables de comunicación ni siquiera habían previsto una estrategia ni escrito texto alguno por si aquello salía mal.
No había manual.
No se habían preparado.
Ni siquiera se habían preguntado qué hacer si hubiera problemas.
Así que estaban escondidos en la trinchera sin saber...
A quién dirigirse.
Quién hablaba.
Cómo hacerlo.
Cuándo salir.
Qué decir.
Y el país entero esperando.
Y los familiares de los fallecidos esperando.
Sí, era 1.986, pero la comunicación política en aquella época ya estaba ciertamente avanzada. Un fallo imperdonable.
En comunicación, la falta de preparación mata.
No literalmente, pero casi.
Mata.
Mira, antes de hablar en público, una de las cosas más importantes que puedes hacer es prepararte.
Generalmente te van a avisar antes de hablar, así que tienes esa ventaja, aprovéchala.
A más preparación, mejor vas a comunicar.
No hay fórmulas mágicas.
Es trabajo adelantado.
Es simple.
Si quieres prepararte mejor para que la próxima vez que hables en público consigas hacerlo con tranquilidad, seguridad, sin que el miedo escénico te atrape y que tu mensaje conecte muy bien con tu público, te puedo ayudar a conseguirlo.
Hablarás mejor cuanto más en serio te tomes el curso (yo milagros no hago).
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Esaú Martín.
PD: un buen curso + trabajo, un buen curso + trabajo... y así.
Yo lo primero y tú lo segundo.