28 de enero de 1986, el transbordador espacial Challenger, con 7 personas abordo, salta por los aires 74 segundos después del despegue.
Los familiares de las víctimas se encontraban en la pista viendo el acontecimiento en directo y medio país -escolares incluidos- siguiéndolo por TV.
En las horas posteriores al accidente el desconcierto era total, nadie se explicaba lo ocurrido. El Gobierno trató de no hablar hasta que tuvieran una idea clara de qué decir.
Un testigo directo de los acontecimientos aseguró: "Aquello era un caos absoluto y nadie sabía qué decir ni hacer. Y los de relaciones públicas estaban... nunca se habían hecho predicciones para algo así".
¿Qué quería decir este buen señor?
Pues que los responsables de comunicación ni siquiera habían previsto una estrategia ni escrito texto alguno por si aquello salía mal.
No había manual.
No se habían preparado.
Ni siquiera se habían preguntado qué podrían decir si hubiera problemas.
Así que estaban escondidos en la trinchera sin saber...
A quién dirigirse.
Quién hablaba.
Cómo hacerlo.
Cuándo salir.
Qué decir.
Y el país entero esperando.
Y los familiares de los fallecidos esperando.
Sí, era 1.986, pero la comunicación política en aquella época ya estaba ciertamente avanzada. Un fallo imperdonable.
En comunicación, la falta de preparación mata.
No literalmente, pero casi.
Mata.
Mira, antes de hablar ante un público, da igual si eres un abogado que está en un juicio, tienes que presentar un informe ante tres compañeros de trabajo o te vas a dirigir a un auditorio de 50 personas, una de las cosas más importantes que puedes hacer es prepararte.
Generalmente te van a avisar antes de hablar, así que tienes esa ventaja, aprovéchala.
A más preparación, mejor vas a comunicar.
No hay fórmulas mágicas.
Es trabajo adelantado.
Es simple.
Imagínate a Messi tumbado a la bartola los días previos al partido del sábado. Comienzo pizza, acostándose tarde, echándose una copa... o, simplemente no haciendo nada, no preparándose.
Inaudito.
Pues me encuentro a mucha gente que improvisa. Improvisar esta bien cuando no te queda otra. Tienes también que aprender a improvisar. Todo ok.
Pero si te dan la oportunidad de prepararte, hazlo.
Prepara tu charla con antelación y practica, seguro que te va mejor.
Si comunicas bien, vives bien, si comunicas mal, vives mal.
Para los primeros, es aquí:
Precio: 497 euros (impuestos incluidos, precio final, soporte también incluido).
Pasa un gran día y ten cuidado ahí fuera.
Esaú Martín.
El alta es gratis, la baja también.
Escribo a menudo historias sobre cómo destacar al hablar en público y disfrutar al hacerlo.
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