Hoy toca hablar de nuestra mejor arma como oradores: la palabra, y su (buen) uso.
Esta semana se ha liado una buena en la Champion's League, ya sabes, la competición europea de fútbol más importante del viejo continente.
Lo que en principio iba a ser un partido más entre el París Saint-Germain y el Basaksehir de Turquía, se convirtió en una polémica de esas que hacen historia.
Resulta que en medio del partido, el segundo árbitro convenció al árbitro principal para que expulsara al segundo entrenador del equipo turco, un hombre de color, de Camerún en concreto.
El árbitro principal no tenía claro a quién se refería y le preguntó a su segundo por la identidad de la persona que iba a recibir la tarjeta roja.
El caso es que al segundo árbitro no se le ocurrió otra cosa que identificarle como "el chico negro" y, dado que no hay público en los estadios, se ve que se escuchó claramente la frase y el partido estuvo parado durante bastantes minutos, hasta que se decidió aplazarlo al día siguiente. Algo así nunca había pasado en la Champions.
Vamos, que se armó un pollo.
Un pollo más grande que el pavo de Acción de Gracias de la Casa Blanca.
Imagínate todos los medios de comunicación ese mismo día y al día siguiente. No se hablaba de otra cosa.
Yo no sé si el segundo árbitro hizo un comentario racista o simplemente fue una torpeza. Probablemente lo segundo, y sólo trataba de comunicarse con su superior de la forma más rápida posible.
Pero lo que sí es claro es que las palabras son como los cuchillos, depende cómo las uses puedes construir o destruir con ellas.
Veo en mis cursos que hay gente que le cuesta expresarse, desarrollar y expresar las ideas que llevan dentro. Les falta encontrar las palabras precisas, alargan las frases innecesariamente, se andan por las ramas, no aterrizan...
Y las ideas pueden volar, claro que sí pero, como los aviones, hay que aterrizarlas.
Tienes que centrar el mensaje y entregarlo a tu audiencia de forma sencilla y directa.
No hay más.
De fútbol no, pero de cómo redactar los mensajes, tu discurso, tu charla, de cómo utilizar las palabras precisas para impactar más y mejor en tu público, de cómo generar titulares para que todo el mundo hable de ti y de lo que dices... todo esto (y de más cosas, claro) lo explico en mi curso.
Y lo mejor de todo es que me tienes a tu disposición durante todo el tiempo que emplees en terminar la formación (y te aseguro que eso te va a ser de gran ayuda).
Lo que sea que tardes: días, semanas, meses... da igual.
Empezamos desde cero, recuerda.
Esaú Martín.
El alta es gratis, la baja también.
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