Me encantan las contiendas electorales americanas.
Es fascinante ver lo que hacen los equipos de campaña para enfocar y lanzar los mensajes políticos a los electores.
Lo más emocionante es que allí miden todo a través de las encuestas, por lo que puedes saber si tal o cual mensaje ha calado en el votante.
Prueban y evalúan, prueban y evalúan. El famoso prueba-error.Allí es posible que un candidato que va varios puntos por debajo pueda acabar ganando las elecciones en apenas unas pocas semanas.
Pues eso es lo que le pasó a Bush padre cuando se enfrentó a Dukakis por la Casa Blanca en 1.988.
Atentos todos.
Bush padre iba 17 puntos abajo y llegó el momento del famoso debate.
Era uno de los últimos antes de la votación de noviembre, así que el presentador del debate arrancó -así, sin más- con una pregunta dirigida al demócrata Michael Dukakis.
"Señor Dukakis, si secuestraran y mataran a su mujer, ¿sería partidario de la pena de muerte?"
La pregunta se las trae, y más cuando le habían acusado de no ser contundente con los criminales más despiadados.
Pero el equipo de Dukakis sabía que le iban a preguntar por la criminalidad, y tenían preparada una respuesta de manual.
Básicamente habían acordado que contara la terrible situación que tuvo que afrontar cuando mataron a su hermano y le dejaron tirado en una cuneta. Que comprendía el dolor de esas familias que habían sufrido como él, pero que aún así no era partidario de la pena de muerte porque no hacía bajar la criminalidad.
Respuesta de libro.
Perfecto.
Venga.Vamos, sr. Dukakis.
Pero el señor Dukakis no tiró de manual y resolvió aquella situación con un frío y lacónico: "No, no implantaría la pena de muerte, todo el mundo sabe que estoy en contra".
WTF.
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..........................
................
......
Sus asesores políticos se echaron las manos a la cabeza mientras los de Bush padre sacaban botellas de champán para celebrarlo.
Los republicanos habían ganado las elecciones.
Por goleada.
Pero veamos qué pasó.
Los asesores de Dukakis hicieron bien su trabajo porque se anticiparon a la pregunta más difícil del debate y prepararon una respuesta muy adaptada al candidato.
Lo hicieron muy bien.
De aquí ya puedes sacar alguna conclusión, incluso para aplicarla en una reunión de vecinos.Pero el candidato la cagó.
Hasta el fondo.
Todo.
Pero... ¿es tan importante dar una mala respuesta? ¿Aunque sea sólo una?
Pues depende.
Si la respuesta tiene que ver con lo que tu audiencia espera de ti como persona, con la esencia de lo que eres o no eres, sí.
Porque más allá de la medida en sí de la pena de muerte, lo que vieron los espectadores fue a un candidato frío, desapasionado, despegado... ante una pregunta que implicaba -aunque fuera virtualmente- una situación en la que perdía a su mujer a manos de un criminal.
Y eso te distancia de tu audiencia.
Es como colocar un muro frente a ella.
Te desconecta.
Dukakis -sin querer- había cortado el hilo que le unía con sus votantes. Nadie quiere sentirse gobernado por una persona así.
No tienes que llegar a ser un líder político para hacer uso de las emociones en tus intervenciones ante un público, me da igual si hablas ante 100 ó 3 personas. Funciona igual.
Es una gran idea usar las emociones -por supuesto, en su contexto- a la hora de comunicarte con la gente. Es más, es algo que casi nadie utiliza y es un "arma" muy valiosa.
En el paso 16 de mi formación analizo cómo utilizar las emociones para conectar con tu público. Es algo realmente poderoso si sabes usarlo bien.
Interesados, aquí:
Disfruta del día.
Esaú Martín.
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