Hola,
el otro día me entrevistó Susanna Artó, de Confía Consulting.
Susanna se dedica fundamentalmente a dar formación en liderazgo y ventas, como puedes imaginar, dos cosas muy relacionadas con la Oratoria.
Bien, ¿Por qué me quiso entrevistar?
Pues porque en uno de sus cursos quiere entregar un bonus a sus alumnos (la entrevista no es pública, por tanto), le gusta lo que hago, cómo lo hago y tenía buenas referencias de mí.
El caso es que me entrevistó.
¿De qué hablamos? Pues de Oratoria, obviamente.
Susanna quería conocer algunas de las técnicas que yo enseño para comunicar.
Y no me refiero para hacer las cosas como el 99% de la gente. No. Para aburrir tampoco. Para pasar desapercibidos como el fantasma de la película Ghost, menos.
Para eso no.
Para hacer las cosas de forma diferente, entretenida, romper moldes y llegar a tu público. Para eso, pues sí.
El caso es que le mostré algunas técnicas pero también le advertí de una cosa:
Los conceptos son más importantes que las técnicas.
Bien es verdad que no se lo dije exactamente con estas palabras, pero se lo mostré.
¿Y por qué recalco esto?
Porque muchas veces nos centramos en los detalles (que, ojo, también son importantes) pero no olvidamos de los conceptos generales, las 3-4 cosas que tenemos que hacer sí o sí para impactar en nuestro público y...
- Que nos compren
- Que se inspiren
- Que nos conozcan
- Que conozcan lo que hacemos
- Que nos quieran más
- Lo que sea que pretendamos.
Bien, pues por encima de todas las técnicas están los conceptos. Y dentro de estos 3-4 conceptos, hay uno que destaca por encima de todos.
Uno que se los come a todos.
Uno que sin aplicarlo en tus intervenciones públicas, estás acabado.
Yo lo llamo LA CLAVE, así con mayúsculas.
Y se lo dije a Susanna: aquí es donde más fallan los oradores.
Si me pidieses 1 consejo, sólo 1, sobre cómo puedo mejorar mi forma de hablar en público, este sería el consejo.
Esta sería LA CLAVE.
Bien, pues LA CLAVE, la explico en el capítulo 2 de mi Curso de Oratoria. Ya sólo con eso te habrá merecido la pena la inversión (y jamás volverás a aburrir).
Lo mismo te ayuda:
Curso de oratoria para ese 1%
Disfruta del día.
Esaú.
El alta es gratis, la baja también.
* Escribo a diario historias sobre cómo destacar al comunicar en público. Además, te ofreceré productos de pago de alto valor para mejorar tu oratoria y que disfrutes hablando. Si esto es un problema para ti o crees que puedes ser el próximo Obama en dos tardes, por favor no te suscribas.
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