El otro día estaba viendo una secuela de la película de Rocky, creo que se llama Creed.
Te pongo en contexto si por lo que sea naciste después de los 80.
Rocky Balboa es ya un ex-boxeador. Por el camino ganó no sé cuántos campeonatos del mundo peleando contra soviéticos de la antigua URSS. Peleas épicas contra rusos del tamaño de una montaña.
Así pásabamos los 80, viendo películas de Rocky.
Bien, pues Rocky es ya un poco abuelo y ahora tiene un pupilo que no sé cómo se llama. Llamémosle Pupilo.
Bien, pues Pupilo va a pelear contra uno de la antigua Unión Soviética. El caso es que el padre de este último mató al padre de Pupilo en un combate, hace mil años.
Total, que la historia suena a revancha.
El caso es que en medio de la película, escuché una frase que quizá haya pasado desapercibida para muchos.
El speaker de la contienda, para darle salsilla al combate, mencionó la muerte en combate del padre de Pupilo.
A Pupilo no le sentó nada bien, y en un tú a tú le dijo:
- ¿Por qué tuviste que mencionar lo de mi padre? ¿Era necesario?
Speaker:
- Mira, ha habido 54 campeones mundiales de boxeo, ¿y sabes de cuántos se acuerda la gente? De 4 ó 5. Si no le damos trascendencia al combate nadie recordará al campeón.
Ummm.... gran frase, sí señor.
Es una frase que se podría incluir en las Escuelas de Oratoria, si no fuera porque no hay escuelas de oratoria, al menos en España (o al menos que merezcan ese nombre).
Bien, dicho ésto, leyendo un artículo sobre ajedrez, me topé con otra frase que bien la podría haber pronunciado nuestro speaker:
- "La fascinación por los campeones no la genera la victoria, sino el relato de la victoria".
Joder, no puedo estar más de acuerdo.
Pero basta de contenido de valor por hoy.
El relato, o sea, las historias, son el alma de los discursos, de las charlas, de tus vacaciones, de la vida. Son el alma de todo en realidad.
Pero... hay una noticia también mala, y es que no vale cualquier historia, ni tampoco contarla de cualquier manera.
Por eso el Paso nº 9 de mi formación lo dedico justamente a eso, a enseñar a contar historias. Y lo explico con un discurso de Jeff Bezos, en el que explico los 7 elementos que puedes (digo puedes porque no tienes que usar los 7 necesariamente) utilizar para contar historias y dibujar en el cerebro de tu oyente. Te los explico y desgrano uno a uno como si fueran los granos de una granada.
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