En unos días me examino de inglés, y en la última clase que dimos, mi profesora nos dijo lo siguiente:
- "Ya sé quién va a ser el examinador oficial. He estado mirando las fotos de su Facebook y parece un chico majo".
Bien. Mirar en las fotos del Facebook de otra persona lo hemos hecho todos. Y sí, una foto a veces te da una información bastante valiosa sobre la persona.
Su forma de vestir, de mirar, de posar, en lugar de la foto... con todo eso nos podemos hacer una primera impresión de cómo es la persona. No acertarás el 100% de las veces, pero ayuda.
Bueno, pues con sólo ver la forma de vestir, mi profesora ya se hizo una idea de que el examinador era una persona agradable. Y seguramente tenga razón, no lo niego.
Yo también dedico un apartado en mi curso a explicar cómo elegir la vestimenta adecuada para el día de tu intervención pública. Dicho esto, ese no es el capítulo más importante de mi formación.
Ni de lejos.
Uno de los capítulos más importantes es la forma de abrir tu charla o discurso.
Eso sí que va a marcar la diferencia y te va a hacer salir del anonimato. La apertura suele hacer que un orador destaque entre la marabunta de intervenciones aburridas con la que nos encontramos a menudo (ese 99%...).
Bien, pues dedico el paso 4 íntegramente a enseñarte cómo abrir una charla. Uno de los ejemplos que pongo es de un chico llamado Jamie que utiliza una técnica de impacto que es para caerte muerto.
De hecho usa la muerte para impactar más.
Ya sólo con ese comienzo deja a los asistentes a su charla pegados a su asiento queriendo escuchar el resto de su intervención. De eso se trata.
De impactar.
De destacar.
De ser ese 1%.
Interesados:
Curso de oratoria para ese 1%
Ten cuidado ahí fuera, y pasa un gran día.
Esaú.
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